Blanco azabache
- La Maca Ve

- 13 mar 2019
- 3 Min. de lectura
Este cuento lo escribir pensando que puedes contarlo en la noche, o en un día de lluvia con una taza de chocolate caliente, mientras acurrucados se apapachan, idealmente podrías adornarlo con mas escenas lúdicas y muchas mas aventuras, también para que lo puedas leer a los chicos antes de dormir o sencillamente para que te distraigas, la imaginación es colectiva, ya me contaras y espero lo disfrutes.
Había una vez en un bosque encantado, vivía un gran lobo, era blanco, enorme y muy imponente, podía cargar en su lomo cómodamente dos hombres fornidos. Este animal tenía una característica muy peculiar, poseía un noble corazón. Tenía una singular dieta no comía carne y su alimento estaba compuesto solo de frutos del bosque y vegetales.
Siempre estaba solo, su manada lo había rechazado por ser diferente, se había convertido en un paria; extrañaba a sus hermanos lobos pero sabía que sería siempre rechazado por ser diferente. Sí bien era un espécimen que infundía terror, al compartir unos instantes a su lado lo transformaban en un cachorro amorosamente tierno, dócil y juguetón.
Un día apareció en el bosque una anciana, de cabello largo color plata, era una poderosa bruja que recorría la comarca en busca de ingredientes para sus pócimas de amor y hechizos para la suerte. Al ver al lobo quedó impactada con su presencia y su belleza, era tan magnifico que la hechicera quedo prendada del animal y quiso acercarse para hacerle un regalo, pues sabía que era especial. Como era una mujer con todos los años del mundo, conocía todos los idiomas existentes, desde el elfo antiguo hasta el idioma del viento, además no necesitaba comunicarse como lo hacemos nosotros, ella hablaba con sus pensamientos.
Hablo tiernamente con el lobo, preguntándole porque estaba lejos de su manada, este le narro la historia de cómo su clan lo expulso de su grupo por el solo hecho de ser diferente. La mujer escucho atentamente al animal, quien solo tenía un anhelo en su corazón y sin mucho preámbulo ni titubeos le pidió solo un deseo, quería encontrar algo que su soledad le hiciera olvidar.
La hechicera desapareció de un momento a otro para aparecer frente a los ojos del lobo con un brazalete, le dijo que cada vez que usara el talismán, podría encontrar algo que no lo hiciera sentir solo, pero que cada vez que lo utilizara perdería un poco de su esencia y se volvería una bestia hambrienta y sanguinaria. El lobo acepto la propuesta e inmediatamente pidió el primer deseo, apareció instantáneamente una hermosa guitarra, que le tocaba las más dulces melodías, el animal se sentía feliz de escuchar tan agradables tonadas. Así pasaron los días, la guitarra tocaba su música día y noche, el lobo al principio estaba dichoso, pero pasadas unas semanas comenzó a sentirse irritado, no conseguía acallar el instrumento que lo perseguía, las veinticuatro horas del día, los siete días a la semana, hasta que un día en un arranque de furia de un zarpazo la destrozo.
Se sintió fatal, pues había destruido algo que no lo hacía sentir tan solo. No aguanto las ganas de utilizar el brazalete y pidió nuevamente no sentirse así, de inmediato ante sus ojos se materializó una pequeña hada de color marfil, que danzaba sin parar, el lobo quedo feliz con la pequeña bailarina, quien no se cansaba de subir, bajar, girar, brincar y sonreír.
Así estuvo un par de días, la pequeña seguía al animal por todos lados, nuevamente el lobo comenzó a sentirse irritado, pero esta vez su boca necesitaba otra cosa, pues los frutos y vegetales no le satisfacían.
El hada estaba danzando frente al lobo cuando este de un mordisco se la trago. Al darse cuenta del tremendo error que había cometido, trato de vomitarla sin conseguirlo. Arrepentido por su segundo exabrupto y temeroso de perder su esencia, invoco a la bruja para que pudiera llevarse el talismán.
Pasaban los meses y la bruja no aparecía, el lobo temeroso dejo de comer, no quería salir de su madriguera, estaba muy delgado, su pelaje estaba cayéndose a puñados y se sentía débil y triste. Cuando estaba a punto de rendirse aparece la hechicera, el lobo con sus ojos llenos de tristeza le dice que se lleve el brazalete, que solo le ha causado sufrimiento. La mujer entonces con voz firme y melodiosa, le dice a modo de lección que cada acción trae su consecuencia, y cada decisión es una responsabilidad, para tomar las determinaciones correctas, siempre tiene que meditar, aceptando su propia esencia, porque un corazón integro y pacifico es capaz de hacer cambiar a los que nos rodean.
Todo volvió a la normalidad, la hechicera compuso la guitarra y saco a la pequeña hada desde el mismo estomago del animal, el seguía siendo vegetariano, pero ya no se sentía solo, entendió que podía ser feliz siendo como era.





Comentarios