Carta a mi Padre
- La Maca Ve
- 4 sept 2019
- 3 Min. de lectura

Querido padre, hoy decidí escribirte para ir sanando mis heridas internas. Nunca estuviste presente y me enseñaste con eso que los hombres son seres que no sienten, no razonan y no conocen de sentimientos.
Que desastre de ser humano llegué a ser, pensando siempre que yo soy de una raza superior con empatía, multidisciplinariamente versátil y sobre todo con cero capacidad para creer que alguien podría tener la ocurrencia de quererme solo en una ínfima parte de sus sentidos.
Toda mi vida busque aprobación, pero sobre todo ahora busco ser el centro de atención masculina y esto me llevó a preguntas como ¿Porqué quiero atención masculina?¿Qué sentido tiene?¿Cuál es el motivo de ésto?¿Dónde se encuentra la raíz de ello? Y respondiendo cada una de estas, forme un camino que apuntó hacia ti.
Entiendo que no tienes la culpa de ser como eres y qué en base a como fuiste educado, tomaste las desiciones de vida que te llevaron a ser el Hombre que eres, no te juzgo ni te adjunto un juicio de valor.
Entiendo también que nunca supiste o tal vez nadie te enseño que somos seres humanos, antes de ser hombres y mujeres, que no es mas hombre aquel que puede estar con muchas mujeres, que eso es sinónimo de una autoestima disminuida, buscando también algún tipo de aprobación paternal castigando el lado masculino de tu familia.
Que el abandono hacia lo femenino es en definitiva una venganza que querías darle a tu lado materno, y con eso hemos pagado las consecuencias todas las mujeres que hemos estado a tu alrededor.
Se también y entiendo que nunca has sido conciente de lo que te digo y que todo ésto solo es consecuencia de lo poco y nada que pudieron protegerte, amarte y cuidarte cuando niño, porqué a su vez tus padres no sabían que estaban también heridos, perpetuando desde el inicio hasta hoy los errores cometidos.
Te perdono desde lo más profundo de mi corazón, te honró porque soy parte de ti, nací de ti, y así honre a mi madre entendiendo que han hecho lo posible con lo poco y nada que han recibido desde su propia niñez.
Te dejo fluir soltando todo aquel pensamiento negativo que me hizo creer que los hombres son malos y las mujeres buenas, somos seres humanos viviendo en este planeta, con una dualidad interna, maldad y bondad en sincronía, nadie es perfecto y cada día es una lucha interior donde la bondad y la maldad están presentes, como reaccionar frente a estos sentimientos, tomando la mejor desición desde la propia vivencia interna es lo que debo hacer, tratando siempre de que la bondad sea la ganadora, observando con ojos de niña, de inocencia, sin prejuicio y solo con amor hacia los demás.
En ti sano mi herida y con eso libero a mi linaje de toda cadena ancestral de maltrato, humillación, desatención y abandono.
Pido perdón por todos los errores cometidos en contra de mis hijos varones, poniendo cargas y estigmas sobre sus hombros, colgando cadenas que no les corresponde llevar, así también doy gracias por los que fueron antes de mí porque gracias a ellos he podido llegar a ser hoy yo, a nacer donde elegí hacerlo, siendo quien soy y sobre todo siendo quien siempre quise Ser.
Gracias
Gracias
Gracias
Porque libero a los hombres de mí familia, invitándolos a qué puedan buscar su sagrado masculino, a que entiendan que tenemos las mismas capacidades, de amar, acompañar, sentir y razonar, que solo nos diferencia la sexualidad, e interpretando ésto ella también se vuelve sagrada. Y en el momento que elijo quien penetre en mi interior su corazón y el mío latiran al unísono, porque seremos uno en mente, alma cuerpo y corazón.
Honró a los hombres curativos,
A los hombres buscadores,
A los sabios,
Y a los fuertes.
A todos y cada uno que cumple su rol y que carga en sus hombros el peso de sus propias heridas ancestrales.
Somos uno, somos iguales.
Comments