Cartas a Bagualda

Querida Amiga:

Desde la última vez que estuvimos juntos ha pasado mucho tiempo. Me han sucedido una serie de acontecimientos algunos duros, otros un poco más amenos, pero todos han sido sucesos que no me han dejado indiferente.

¿Te acuerdas de Carmina? Fuimos al baile junto a Esteban, los tres amigos inseparables, los tres mosqueteros, como nos llamaste, llegamos a la fiesta que se estaba llevando a cabo en el parque, todo el pueblo estaba ahí, la música se escuchaba desde lejos y todos los vecinos contentos celebrando un año más de este hermoso lugar, imagina 134 años no se cumplen todos los días.

Cuando llegamos al lugar Carmina se dirigió al puesto de las cervezas, para comprar a Esteban y a mí. Tu sabes que no soy muy adicto este brebaje, yo personalmente prefiero un vino, pero quien era para rechazar un regalo de nuestra amiga. Esteban salió al encuentro de las cervezas y ayudo a Carmina mientras ella se acercaba a nuestro lugar, en un descuido mientras conversábamos Esteban y yo, con los muchachos del “Cisne” (aun no nos ganan ni puto partido), vi a Carmina hablando coquetamente con un chico del Politécnico, lo supe por su chaqueta, esos tipos y sus estúpidos códigos de disciplina, amaestrados cómo perros falderos.

De pronto no la vi más, supuse que se fue a conversar con ese tipo un lugar más privado, pero como sabes no podíamos dejarla sola, ya que si alguien se enteraba que no estaba a nuestro resguardo, la disciplinarían. Así que comenzamos la búsqueda. El parque estaba lleno, y Carmina no aparecía por ningún lado, preguntamos a todos los amigos y conocidos que encontramos si es que la habían visto, y nadie vio nada.

-¿Qué vamos a hacer? Me dijo Esteban.

-Tenemos que buscarla- le respondí- tiene que estar en algún lugar cercano.

Estábamos saliendo casi del pueblo y se me ocurrió ir al Silo, pensando que es un lugar tranquilo y recordando ese inocente beso que nos dimos cuando éramos niños ¿te acuerdas? Yo sí, porque ahí te pedí matrimonio con diez años de edad y solo mi honda para cazar pájaros.

Nos acercamos cautelosamente al lugar, a lo lejos divise unas figuras que se movían frenéticamente, aceleramos el paso y ya bastante cerca, nos dimos cuenta que Carmina estaba con el tipo, del politécnico. Él estaba sujetándola de forma violenta, ambos estaban semi desnudos y ella lloraba. No quiero describirte la escena, porque fue bastante chocante, así que entre Esteban y yo agarramos a ese hijo de puta y lo empalmamos a golpes, Carmina se tapaba como podía. Cuando nos dimos cuenta que no se movía, lo dejamos de golpear. En ese momento lo reconocimos, era Teo, el hijo del concejal.

-Menudo lío en el que nos metiste Carmina.- le reprocho Esteban.

-¡Cállate!- Lo increpe- déjala, ya tendremos tiempo de hablar de esto. Dime Carmina ¿estás bien?

Ella solo me movió la cabeza para indicar que sí.

-Está bien, debemos irnos antes que este infeliz despierte. Pero no podemos volver a la fiesta, tendremos que irnos.

-No puedo llegar a mi casa así Julián- me dijo Carmina- Mis padres me mataran.

-Vamos a mi casa, mis padres están fuera, ahí podrás asearte- le dije.

Eran cerca de las once de la noche, ya bastante tarde, tomando en consideración que la fiesta estaba desde el mediodía. Había salido relativamente temprano de casa para juntarme con los chicos. Fuimos a dejar a Carmina a su hogar, así que Esteban y yo nos dirigimos a nuestros respectivos hogares.

Finalmente, sucedió que Carmina quedo esperando un bebe, se armó un escándalo mayúsculo en su familia, ella no quería decir quién era el padre, sospecharon de Esteban y de mí, los tres sabíamos que Teo era el imbécil que la embarazo a la fuerza, pero si hablábamos, sabrían quien le había dado la golpiza a ese idiota, que por cierto estaban buscando los matones del concejal, para darle un correctivo.

Sabes que Esteban siempre estuvo enamorado de Carmina, así que él le ofreció matrimonio, para salvar su honra. Estupidez de pensamiento pueblerino, las viejas se golpean el pecho en la misa del domingo, mientras el resto de la semana le chupan la verga al cura. Perdona el lenguaje querida amiga, no puedo evitar enojarme por esta situación, me conoces y por eso muy bien sabes que odio todo lo que tenga que ver con viejas pacatas y curas libidinosos, hiciste muy bien en arrancar de este cementerio, solo me dejas con sentimientos encontrados porque lo único que hago es extrañarte. Lo bueno de todo esto es que nuestros amigos están felizmente casados y en dos meses más nacerá el hijo de Carmina.

En cuanto a mí, Aurelia rompió conmigo, dijo que no tenía un futuro que ofrecerle, solo la quede mirando desconcertado cuando se alejaba. Pero ¿sabes? No me dolió el hecho que me dejara, lo encontré un alivio, se había convertido en un verdadero problema para mí, nunca entendía mi humor, todo el día andaba con sus tonteras de "haz esto" "no hagas aquello" "que dirá la gente", ¡me importa un carajo la gente y sus cotilleos maliciosos!.

Solo recuerdo que me dolió verte partir, querida amiga, ya no podríamos pasar tardes enteras jugando entre el heno del establo en tu casa, o bañándonos en el río. Eso me lastimó mucho más, el saber que estarías lejos. Lo que me consuela es que solo será un tiempo, mientras preparas tus cosas para volver.

Carlos sigue siendo el mismo, no cambia de novia, de carrera o de vida, mi primo siempre se acuerda de ti, precisamente este loco de remate me decía que hacíamos una linda pareja. Me quedo dando vueltas en la cabeza su comentario, siempre hemos estado juntos, desde que tengo uso de razón y no me veo sin ti. Eres mi amiga y mi confidente, mis ojos solo te observan con el más grande cariño que te puedas imaginar.

Sigo estudiando, los fines de semana trabajo en el almacén de don Pepe, quiero ir a verte a la ciudad así que junto dinero con ese objetivo. Espero pronto poder hacerlo y que nos riamos de todo y de todos como lo solíamos hacer.

Te quiero mucho querida amiga, cuídate y espero pronto nos podamos encontrar.

Tu amigo Julián.