Cita Previa.

Después de todo es difícil dejarte partir, pero no quedo con la sensación de angustia, más bien siento que no es un adiós, es un hasta luego que será restaurado en un breve suspiro. Tengo la fuerza y convicción de que llegaste a mi vida para quedarte, para ser participe y considerarte entre mis pertenencias emocionales. No... No lo tomes como posesión, es más allá de eso, es consideración, una forma de admiración personal que te hace importante al punto de sentirme miserablemente feliz. Y es así como fantaseo que estarás a mí lado por y para siempre, que una vida fue una utópica sucesión de hechos concretos, mientras que un breve ciclo se convierte en una realidad abstracta. Tengo la certeza que si lograremos estar en comunión madura y estoica entre sábanas de algodón y risas cómplices, porque pondré todo de mi parte, toda la energía de mis pensamientos para aprender tu lenguaje estudiando con ahínco lo necesario para entender los secretos de la soledad, desarrollando lo necesario para ser consciente del presente que nos tocará vivir. Tengo fe, es la seguridad que me da el conocimiento de lo venidero, de lo que sucederá en nuestras vidas ¡tantas veces vívidas! ¡tanto tiempo desplazadas! Y eso me hace feliz, porque lo elijo, con la esperanza que da la serenidad de la espera sin tiempos adyacentes, con una reposada vigilia de paciente penitencia divina. Estamos en rutas paralelas sin vínculos aparentes, visibles o palpables, esos lazos que nos unen son inquebrantables, mágicos y secretos, nadie puede romperlos porque han sido creados a través de siglos, de pactos hechos con un amor fuera de este universo. Estamos destinados... (Baltazar Astorga)