Excéntricamente peculiar
- La Maca Ve
- 3 may 2021
- 1 Min. de lectura
No sé en qué creer si el tiempo es relativo y la distancia es nada, no sé que pensar, me siento frágil, vulnerable, humana, quebrada y compuesta, todo a la vez, en un mismo segundo.
Y me pierdo en aquellas palabras escritas que gritan consignas de espera aquellas simples letras que marcan algunas pequeñas diferencias.
Y es así que dividida, desde mis entrañas sale un grito desgarrador y silencioso, lágrimas se evaporan al rodar por mis mejillas, fundiéndose en esa constelación de sensaciones.
En el vasto universo de verdades a medias y mentiras piadosas, ese recuerdo sale inmaculado y quema... ¡Por Dios Santo!!! Quema, lacerante, firme, punzante. Arremete en mi pecho y mi respiración se agita, se agranda y me ciega, apoderándose de todos mis sentidos... Vuelvo a tener pocos años.
Finalmente se disuelve, volviéndose lejano, ínfimo, como si de una pequeña mancha de tinta negra se tratara, la escondo detrás de memorias rosa entre recuerdos marcados en carmín y encaje esperando que no haya sucedido.
Después de todo ¿Y si nos pudiéramos enamorar de lo que sentimos y no de lo que vemos? ¿De aquello que está suspendido y viaja a través del universo? ¿Si nos enamoramos de sencillos y pequeños momentos? ¿Simples y complejos espacios de tiempo? ¿Nos enamoramos del infierno que miramos en pecho ajeno? Ya no creo que existan amores de cuento, existen símbolos convexos saciados de ficción.
Me doy cuenta en este punto que cada sentimiento que envuelve mi alma, llega hasta la médula de mis huesos, hace que este par de ojos enrojecidos e hinchados sean abiertos, cayendo en la certeza que toda mi vida he caminado con algunas pequeñas piezas rotas.

Comments