La llegada

Me gustaría decirte que esto no es cualquier verborrea, estos renglones son producto de muchos fracasos, aciertos, abandonos, encuentros, paz y tormento. Un día despertarás de este sueño, verás el mundo tal cuál cómo es, con todas las luces y matices multicolores que adornan los bellos recuerdos alojados en tus pupilas.

Observarás como los ruiseñores se funden en trinos alegres, con el calorsillo energizante del sol que aparece justo al alba, desde ahí sentirás que todo es excelente y que nada ha sido un error, más bien, fue un aprendizaje que te llevó al rincón más oscuro de tus miedos, prejuicios y negaciones. Así mismo recorriste los pasajes que te llevaron a entender desde otra perspectiva, el aprendizaje que solo tú podías manejar e interpretar; recuerda que para esto fueron tus acuerdo, por esa razón ten en cuenta lo poquito que falta para llegar al siguiente nivel. Sabes que no necesitas nada de este mundo, porque no hay nada que te llame realmente la atención, te haz ido despojando de todo... Incluso de tí. Ya no preguntas ni el por qué ni el para qué, no tiene relevancia ni sentido, es por esto que en el multiuniverso de conocimientos, eres solo un átomo de ínfimo sabiduría y así mismo no estás segura de aquella información, solo la sientes y la procesas como si de un codex sagrado se tratase. Haz descubierto mucha información que ha ido abriendo más puertas hacia lo infinitamente inexplicable y eso te hace parte de algo más grande, más profundo, más consiente. Ya no eres ni serás tú, eres conciencia colectiva, unión energética de aprendizajes sinápticos entre los que han llegado a tu vida. Sueña en grande porque los sueños no son pequeños, son Titanes ganadores potenciadores del destino, ellos son como tú les hagas cabida y es como tú quieras alimentarlos que crecerán proporcionalmente al bocado nutricional que les entregues. Por todo anterior, es que ahí estaré esperándote, con los brazos abiertos y la sonrisa a flor de labios, con la esperanza de que tu arribo sea directo a mi corazón.