Menos Humano, más hombre

Y al cumplir el Dharma en esta vida podremos decir, tranquilamente y con serenidad que el ahora es nuestro momento, con siglos a cuestas y aprendizaje en los ojos.

No es necesario dejar heridos en el camino, más todo lo que se ha recorrido ha sido para una buena cosecha de sanaciones en linajes atávicos, tanto personales como de quienes están involucrados en nuestro destino.

Nuestra unión es única, está hecha de micro momentos puntuales, donde una mirada lee el alma y una caricia enternece al corazón, pequeños gestos imperceptibles a otras miradas, más en las apropiadas son un lenguaje nuevo de amor que atraviesa universos de tiempo. Nunca jamás te olvidare, no lo he hecho y no lo voy a hacer porque no conozco el olvidó asociado a tu nombre, créeme que a veces pienso que es una maldición más que algo beneficioso, luego reflexionó sobre aquello y revindico mis pensamientos, jamás ha sido una carga estar pensándote, más bien ha sido un mantra que me guía a explorar el bosque lúgubre de mis emociones profundas, aguas oscuras que he ido decantando, integrándolas al caudal bendito de mis memorias.

Ha sido una experiencia única y maravillosa el poder encontrarnos, tan mágica como lo es la vida en si misma, no quiero que me creas, solo quiero que me sientas, que cierres los ojos y en tu piel sientas que hay una fuerza escondida en este planeta que llega a ti en forma de brisa furtiva, de sentimientos y emociones.

Sentirás como tu cuerpo reacciona a esa fuerza y solo tú podrás comprender desde lo irracional, lúdico y etéreo que me tienes ahí a tu lado, tal vez estés rodeado de personas, pero solo tú y nadie más en este mundo, sabrá que estoy presente.