Odio de Oido

Aprendes por experiencia que uno de los anhelos del ser humano es ser escuchado, buscas a alguien en quien confiar tus más íntimos pensamientos y emociones, sin embargo, no se trata de cualquier persona, es alguien con quien sientes simpatía, a fin de cuentas, desnudas tu alma frente a la persona aquella.

Tienes hambre de ser oída y tu ser ruge desesperado por contar esa historia, no importando si estas acompañada, puesto que a veces quien te acompaña no comprende lo que tu alma grita. Sientes en tus entrañas ese apetito sensual de verte en otra mente, majestuosa, imparable, inmaculadamente inalcanzable.

Estas hecha de guerras y derrotas, cansadamente iracunda, desesperadamente frustrada, cuando mágicamente explotas.

En silencio y sin descanso vuelves a la batalla, pero ya no hay guerra, no existe el enemigo en fuego cruzado; Perpleja miras hacia ambos costados, te sientes vacía con bastante desencanto.

Anonadada caminas sin rumbo y perdida en el espacio te aferras a lo que sea, para replicar lo que alguna vez has soñado: alguien que te escuche, tal vez un príncipe encantado.

¡Eres una ilusa!, no existe aquel ser humano- grita tu corazón desgastado- si lo hubiera ya se habría alejado ¿Cómo crees que se fijaría en alguien como tú, con sentimientos enajenados?

Finalmente te alejas perdiéndote en el desierto de arenas atemporales, ahí aprenderás que para encontrar lo que buscas no necesitaras de nadie, solo debes cultivar la mente para que logres escucharte.