Pasión animal

Quiero arrancarte a besos la piel, sentir tu calor, amándote aunque me dejes gusto a hiel; devorarte por completo como una bestia salvaje que busca su hembra en celo... Montarte apasionadamente a contrapelo. Ardo deseoso en pensamientos consumados, en una vorágine lujuriosa de sensaciones escabrosas. Muerta está mi alma por la sed que siento, enardeciendo de pasión sin límites por tu cuerpo, sé que te apetezco, porque yo te anhelo ¿Cómo apagare este incendio? ¡Dios de este martirio líbrame!, tengo la mente insana y febril, ¡maldición! como me apetece corromper tu claustro materno, desnudarlo hacerlo mío, amarte apasionadamente

Te deseo como los campos verdes desean el agua para su regadío... Mi masculinidad está ardiente, te amo con la furia del mar bravío en tempestad oscura, no tengas miedo ven y cómetamos una locura. Pienso en ti como solo lo hace el prisionero condenado a muerte fantaseando su libertad, me obsesiona imaginar que mía tú lo serás. Te quiero como solo yo sé querer, con pasión sin límites, locura enfermiza y ternura empalagosa. No entiendo el amor de forma distinta, sino como una demencia ciega y obsena, donde los amantes agonizantes resucitan desde el mismo infierno cuando ambos juntan sus cuerpos, frotándose sin pudor y sin tiempo.

Manténgamos encendida la llama del éxtasis pleno y cada noche será un festín vehemente de amor sudoroso, jadeante y extremo.

Baltazar Astorga.