Pravus
- La Maca Ve

- 5 mar 2019
- 4 Min. de lectura
“Hoy de una manera incierta has logrado acaparar mi atención; hoy es el primer día que caigo en la cuenta que he dejado de lado mi maldito prejuicio, para entender que solo tú me importas. Nadie más en este mundo ha logrado que me interese de la forma que acaparas mi febril delirio.
Así están las cosas, tú has conseguido que sienta esa condición insana y enfermiza, es una fijación en ti que no me explico, pero que siento desde hace tiempo, apeteciendo de una manera loca y depravada tú ser. Quisiera tenerte aquí entre mis piernas rodeándote con mis brazos, volviéndome loco de amor, lujuria, éxtasis…deseo tu cuerpo, tu sexo, tu rostro, tu cabello, todo de ti es lo que necesito. Quiero sentir tu aroma, impregnarme con tu perfume, sentir tu suave piel y que mis manos se deslicen por todos y cada uno de los huecos húmedos y sensuales de tu humanidad. Estoy enfermo y exhausto, el arrobamiento que me trae tu recuerdo es una agonía que rompe mis esquemas.
Estoy dispuesto a todo, a cumplir tus deseos más oscuros y a recrear las escenas obscenamente lujuriosas que imagino. Quiero usar tu cuerpo y penetrarte hasta caer rendido a tus pies, hacerte completamente mía, no dejar absolutamente ni un rincón de tu humanidad sin acariciar con mi lengua, saborear el dulce néctar que cae como un riachuelo escondido bajo tu hermoso y cándido monte de venus, el cuál imagino ligeramente velloso. Besare tu vientre hasta alcanzar la cúspide de tus hermosos y turgentes pechos, los que devorare con la desesperación del hambre que me produce el deseo de amarte y convertirme devotamente en tu esclavo.
Me volvió loco tu manera de caminar, como te contoneas y suavemente oscilas tus caderas como las olas en el mar, ellas me llaman a pecar de la manera más oscura y libidinosa que la mente pueda imaginar. Te deseo no como cualquiera podría hacerlo, te deseo con la sed que produce la impúdica sensualidad de tu cuerpo, con la demencia de un insensato, quiero seguirte donde estés, porque nadie debe disfrutar de tu incólume presencia.
Eres una virgen que ha transformado su cuerpo, joven y espigado en una diosa, lista para ser venerada, busco ser tu fiel sirviente y servirme del banquete sexual que tu estas dispuesta a regalarme.
Tus ojos delatan, con ese brillo malicioso que deseas ser desflorada por mí. A tus dulces dieciséis podre aprovechar de buscarte entre la algarabía de la fiesta y hacerte mía, escondiéndote en el ático, como muchas veces lo pensé.
Arregle nuestro espacio, nuestro intimo nido de amor, ahí tendremos todo lo que necesitamos. Tú cocinaras para mí, serás mi mujer, mi amante y esposa, cuidaras a nuestros hijos, los educaremos con amor, aunque todavía no quiero compartirte con nadie, solo te quiero para mí…”
Juliette era una chica hermosa, de cabello dorado y espigada figura. Desapareció a sus dieciséis años en la víspera de su cumpleaños, desde su casa y sin que nadie lo notara. La buscaron por todos lados, casa por casa preguntaron sus padres si la habían visto o si es que estaba jugando con sus amigas.
Llamaron por teléfono a la policía reportando su desaparición, la familia, los vecinos y amigos se unieron para buscar a la chica, todo fue infructuoso y nada se sabía de la adolescente. Al cabo de unos días la policía encontró un trozo de tela del vestido color rosa de la chica, en el patio trasero de la casa, todos estaban consternados y nadie se explicaba cómo había podido desaparecer así tan repentinamente.
La policía comenzó la búsqueda inmediatamente, Rogelio vecino y amigo de la familia comenzó una cruzada titánica para que Juliette apareciera, pego carteles junto a la familia de la joven, los acompaño a los medios de comunicación, hicieron marchas en la ciudad, todo el mundo buscaba a la chica y no hubo lugar donde no estuviera el rostro de Juliette.
Un año después, encontraron el cuerpo sin vida de la muchacha junto a un arbusto en las afueras de la ciudad, estaba semi desnuda con claras señales de que le practicaron un aborto. Había muerto desangrada y su cuerpo exhibía cicatrices con quemaduras de cigarrillo, cortes y fracturas en sus extremidades, era notorio que Juliette había sido torturada en extremo, pues las cicatrices eran de larga data.
Los padres de Juliette estaban desechos, habían recuperado a su hija, pero siempre albergaron la esperanza de encontrarla con vida. En la ciudad comenzó el rumor que la misma familia había asesinado a la chica, especulando una y mil hipótesis sobre el padre, algo que fue a socavar la poca cordura y unión que pretendían mantener como matrimonio.
Luego del funeral, la familia de la muchacha se dispuso en el living de la casa a descansar, fue una ceremonia muy emotiva con la presencia de sus amigos, familiares y gente que solidarizo con este crimen tan horrendo. Sus padres y hermana menor estaban siendo acompañados por Rogelio, el vecino y amigo quien vio crecer a las hijas del matrimonio, este comenzó a mirar de forma perversa, libidinosa e insana a la hermana de Juliette, Clarisse.





Comentarios