Simplemente té para vos

Disfruto de la simplicidad de ser yo en mi esencia, sin ruidos, con la sabiduría que regalan los años y las experiencias.

Siempre me he sentido como Benjamin Button, solo que antes no lo podía explicar porque no lo entendía. A los 19 me sentía de 89 cómo si un elefante aplastará mi alma, hoy a mis 47 siento que tengo 19 y retrocediendo en edad para darle más espacio a las mujeres que viven en mi interior. Siento el alma y se siente liviana, sin cargas, no tengo prisa y voy logrando entender que llego dónde debo hacerlo ni más lejos ni más cerca, en el punto exacto de mi existencia.

Ya no me importa lo que fue porque se fué y menos lo que viene, aprendí tomando conciencia de mis pasos, disfrutándolos sin importar lo equivocados que pudiéramos estar, ellos en el fondo, nunca erraron porque me enseñaron a ser la que hoy soy.

Amo cada día porque no es igual a otro y siempre trae una sorpresa inesperada, no sumo los días, los resto porque son una forma de entender que estamos solo de paso en este mundo, si el otro me dañó o se sintió ofendido, pido disculpas y sigo con lo mío, si me ofendió no me lo tomo personal porque habla más bien de cómo el otro se siente dentro de si, yo solo soy un reflejo que le molesta.

Veo el amor en mí, siendo mi prioridad yo; por generaciones me inculcaron que el amor se demuestra en entrega incondicional hasta perdernos y no es así, no debe ser así, porque si no me quiero es muy difícil entregar lo que no tengo hacia los demás, eso lo entendí hasta hace muy poco.

Quienes han pasado por mi vida y se han ido, dejaron algo de si mismos en mi, ¿Volverán? Puede ser, solo lo harán cuando exista resonancia y sincronía.